Saturday, October 13, 2007

Las 4 en punto

Todos los dias a la misma hora. Todos los dias a las 4 en punto. La misma rutina. Los mismos pasos. Tocas dos veces a la puerta, esperando escuchar un 'adelante' un 'te estaba esperando'... un 'hola' seguido de una sonrisa que nunca llega. Caminas hasta mi, me tomas de la mano algunas veces, otras tantas cuando no he tenido un buen dia simplemente empujas la silla. Recorremos ese pasillo rodeado de jardines e incluso cuando el dia esta lindo nos quedamos en esa banca cerca del naranjo un rato. Despues entramos a esa oficina tuya... tan impregnada de ti, y de mi. Diariamente pasas la tarde conmigo. Se que esperas que te hable. Se que esperas que responda. Hablas durante horas, te ries, me sonries, te enojas, te desesperas. No hay palabras, no hay eco, no de mi voz. Y es que hace tiempo que me quede sin voz. Al principio fue un capricho. No me vinieron mas las ganas de hablar. No me dio la gana. Despues de un tiempo mi voz se apago. Lo intente varias ocasiones y simplemente no pude. No se si eran los recuerdos o ese nudo en el estomago siempre presente o los ojos llorosos. Tu te has sentido asi alguna vez? Recuerdo cuando te conocí. Tus ojos brillantes e inmensos siempre tan atentos a mis movimientos. Esas platicas interminables durante las guardias y tu obsesion por aquella residente que nunca te miró. Recuerdo especialmente aquel beso, el primero de tantos que compartimos durante 3 años, el ultimo beso y tus ojos al decirte adios. No puedo creer que despues de todo lo que sucedio, ahora tantos años despues, sigas estando incondicionalmente para mi. Mis pensamientos a veces no estan aqui. Quisiera poder decirte lo que pasa. Quisiera poder contarte lo que me atormenta y ata mis ganas. Quisiera poder contarte porque no sonrio mas, porque me paso los dias con la mirada vacia. El silencio ya no me atormenta.


Hoy traes tus pantalones grises... te queda ese color, te dije tantas veces que ese color te iba bien, sigo pensando que deberias de emplear tus tardes en otras cosas. Aunque me gusta saber que cada tarde estaras ahi. No se bien como fue que terminé en este lugar. Solo puedo recordar cuando nos mudamos de casa. Esa maldita casa. Jamas sere la misma despues de esa casa... No podia creer que era nuestra. Elegi la habitacion mas grande, tenia una vista hermosa, incluso en los dias con niebla. Los primeros meses transcurrieron con calma, pero despues... tenian que abrir esa maldita puerta. Siempre vienen de noche.

Hoy me siento con ganas de hablarte, abrir la boca y gritar, pero se me seco la voz. Como si me la hubieran arrancado como castigo por no usarla. Al principio no note la existencia de esa puerta. Aunque ya llevabamos 7 meses en esa casa. Estaba perfectamente cubierta con ese papel tapiz celeste, tan parecido al tono de tus ojos, que no me di cuenta. Todas las paredes blancas y solo aquella color celeste. No fue hasta aquella mañana de agosto cuando me percate de su existencia.

Recuerdo la noche anterior... solía pasar horas en la ventana de mi habitacion viendo aquellos alamos enormes y frondosos que seguian el camino de aquella asequia, esa noche era especialmente hermosa. Siempre antes de una tormenta el cielo esta extraordinariamente quieto, tranquilo y pleno. Mi noche estuvo llena de estrellas y de una brisa refrescante, una luna menguante. Siempre vienen de noche, me enferman de dia y por la tarde el miedo agoniza, me pregunto que hicieron con esa casa. Mis padres evitan hablar del tema. Mi madre viene diario a verme, a veces siento que soy su muñeca, pasa horas cepillandome el cabello, y mi padre me lee todos esos libros que el sabe que adoraba. La verdad es que no paso mucho tiempo sola. Me recomforta la compañia, los cuentos e historias de papá y los besos en la frente. Pero por las noches... las noches siempre son distintas. Cada dia me convenzo de que no tendre miedo, que sera la ultima vez que me quebrantan, que sera la ultima noche que lloro e intento gritar desesperada, que sera la ultima noche en que cobardemente sucumbo ante el miedo, todas las noches son las ultimas. Todas las noches termino fria. Y es que esa mano fria en mi frente, ese continuo murmullo, los pasos secos en el corredor y el tiempo tan lento, envenenan la noche de cualquiera. Mi pensamiento trata de no recordar, de no alimentar mas esta situacion. Debi marcharme de inmediato.
Insistieron en quitar el papel tapiz, con la unica intencion de saber que era eso que asemejaba una puerta. Alguna vez escuche decir que no es la curiosidad la que mato el gato, sin embargo el gato maulla... Que poco sabian... Cuanto ignorabamos.... Ahora nada es igual.
Ahora quizas... por tus noches, por tu vida, por las voces y las manos frias, quizas tu tambien debas ignorarlo.

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