la vida desde el castillo
La oficina de ortopedia da hacia la calle, tenemos ventanas a la calle. Un contacto con el exterior. Estar sola en guardia de repente es un poco depresivo, un ambiente dificil, las enfermeras que no dejan de sorprenderte con su dualidad, el trabajo, el cansancio y la madrugada, logran ponerte en un estado ligeramente depresivo. Dormi 30 minutos en la silla del escritorio, debo admitir que es incomodo. Desperté a las 5:30 am, me gusta asomarme por la ventana, ver la gente que pasa, los automoviles, ver el mundo que no se detiene, que sigue su curso, aunque a veces sienta que soy yo la que esta en pausa... Solo dormi esos 30 minutos. Y es que en ese castillo lleno de personas enfermas, de egos y semidioses, de personas insomnes y somnolientas, de batas blancas y quirurgicos de colores, no hay horarios, no hay limites, no hay descanso duradero. Aun no me acostumbro al encierro. Aun no me acostumbro a la vida desde el castillo.
posted by Eudora @ 9:41 PM
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